martes, 19 de febrero de 2008

ADIÓS



"Mi deseo fue siempre cumplir el deber hasta el último aliento. Es lo que puedo ofrecer."

Nunca lo consiguió, no tenía ni el talento ni la inteligencia para abarcar lo que pretendió; sin embargo su intención siempre fué loable. Ingenua e irreal, pero admirable al fin y al cabo.Pena que fallasen las personas, como siempre.

2 comentarios:

Evaristo Ramos dijo...

Tan relativos son los deberes como errantes las personas. Siempre fallamos, y a pesar de eso, en ocasiones, uno se atreve a comandar, a dirigir los pasos del resto, a dictar a todos según sus preceptos.

Por eso fallamos, por permitir que lo haga, por olvidar que uno yerra, por nuestra querencia a ser manada.

Juan Mesquida dijo...

El error estuvo en pensar que su sueño iba a ser compartido por todos. Imponer es siempre una mala idea, a pesar de todo, amigo, la Revolución Cubana empezó como una bonita visión que finalmente cambio el mundo. No por ello hay que estar de acuerdo con todo lo que conllevó ese Movimiento, sería de tontos...es difícil obviar la dura realidad en la que ha estado inmersa el pueblo cubano.
Hay una frase muy nuestra que dice que todo se critica mejor desde fuera. Si hablamos de gobiernos, naciones y dirigentes el tópico deja de ser aplicable. La política necesita de la gente, de las calles. Seguro que si Castro hubiera seguido viviendo con sus compatriotas su Revolución habría sido diferente, cercana, real. Pero la torre de cristal no le permitió observar mas allá de la verja de su palacio…Algún día Cuba le perdonará. Sinceramente creo que Fidel no fue una mala persona, solo un pobre ciego que pretendió un mundo igual para todos desde una casa mayor que la de los demás.